Desde hace tres meses he incluido unos minutos de entrenamiento del equilibrio en cada una de las sesiones semanales que ofrezco. Con los beneficios que he podido observar no he dudado en convertir estas prácticas en un clásico en mis clases.
Los beneficios de entrenar el equilibrio (más allá de conseguir mantenerlo)
El equilibrio siempre me ha parecido algo fascinante. Nunca puedes abarcar todos los factores que te han permitido conseguirlo y los motivos por los que lo pierdes se escapan con facilidad.
Entrenarlo y estudiarlo, más allá de conseguirlo, es en sí misma una actividad llena de beneficios. Desde mi punto de vista, hay tres que justifican el incluir este entrenamiento en la vida cotidiana:
1. Tonifica y relaja
Mantener el equilibrio es un proceso dinámico y para conseguirlo es necesario que todo el cuerpo esté disponible al movimiento. Entrenarlo implica detectar qué zonas se activan automáticamente de manera excesiva y aprender a desactivarlas para dar paso a la acción de otras partes que habitualmente se mantienen inactivas. Este ejercicio hecho regularmente nos lleva a una regulación progresiva del tono corporal: las zonas hipertónicas aprenden a relajarse y las zonas más blandas se ejercitan y tonifican.
2. Activa la atención
El proceso que explico arriba no podríamos realizarlo sin poner en marcha la capacidad de ser consciente de la información que nuestros sensores nos facilitan. En esta búsqueda sistemática del equilibrio aprendemos a recoger información de los sensores de posición del propio cuerpo y del cuerpo en el espacio: cultivamos la propiocepción. Y, al mismo tiempo, hacemos el ejercicio elaborar toda esa información constantemente para incorporarla en nuestras decisiones sobre cómo mejorar nuestro equilibrio. En definitiva, un completísimo ejercicio de atención plena en la acción.
3. Aterriza
Ponernos de manera habitual en una situación que nos recuerda que cada gesto tiene un efecto no deja indiferente. El ejercicio de equilibrio te pone en conatcto con los procesos de acción y reacción, te recuerda la complejidad de lo que somos, pone en evidencia la eficacia de la inteligencia corporal y, también, las ideas equivocadas que tenemos sobre nosotros mismos y el cómo funcionamos.
Solo me queda decirte… ¡entrena el equilibrio tanto como puedas! 😉
Y te dejo aquí una sesión de Yoga Orgánico en vídeo para que puedas empezar 👇🏻
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Tere Puig
Me encanta crecer desde dentro. Gracias por encender estas ganas.
Gracias a ti, Claudia. ¡Un placer conocerte!
Abrazos, Tere