el yoga orgánico

 

Durante 11 años ofrecí seminarios de yoga prenatal y post-natal bajo el enfoque de lo que hoy llamo el Yoga Orgánico. Y los empezaba siempre con la misma propuesta:

Primero nos preguntábamos por qué queríamos enseñar yoga durante el embarazo y la crianza y anotábamos nuestras respuestas; seguíamos con una práctica corporal que nos lleva a percibir en profundidad el interior de la pelvis y sus vísceras; y después de la práctica volvíamos a responder a la pregunta inicial.

 

¿A qué nos llevaba esta experiencia?

 

La mayoría de las veces sucedía que respuestas dadas después de haber percibido en profundidad nuestro cuerpo eran distintas a las que se daban antes de hacerlo.

A veces se accedía a respuestas complementarias

Personas que, por ejemplo, antes de la percepción corporal explicaban que lo hacían por aportar un beneficio a la mujer y al bebé, al terminar expresaban que enseñar también es una enorme fuente de satisfacción interna y nutrición para ellas mismas.

Otras veces, la segunda respuesta daba una mayor concreción a la primera

Algunas personas expresaban que enseñar yoga para embarazdas es una forma de colaborar en que el embarazo y el parto sean más naturales. Y, después de la práctica, se expresaban de una forma mucho más precisa: querían que la mujer se reencuentre con su propia fuerza, por ejemplo.

 

Por qué he decidido seguir ofreciendo esta experiencia de forma regular

 

Todo este proceso, el de la reflexión previa y posterior a la práctica perceptiva y su análisis, nos sirve para darnos cuenta de que el trabajo corporal modifica nuestra forma de comprender y pensar. Porque también pensamos con el cuerpo.

Y para eso nos encontramos el segundo martes de cada mes: para pensar con el cuerpo.

Por un lado, entrenarnos en la reflexión sentida nos ayuda en la toma de conciencia del momento vital en el que estamos y de los recursos que tenemos para vivirlo.

Y por otro lado, el saber del potencial transformador de las prácticas corporales nos hace tomar una mayor responsabilidad, no solo en la enseñanza, también en nuestra propia práctica sea cual sea la técnica corporal que practiquemos habitualmente.

 

Qué significa hacernos responsables de nuestra práctica y enseñanza 

 

Cuando practico, ¿quién decide en qué dirección sucede mi transformación?
  • Si es mi profesor quien decide cómo pongo los pies, a cuántos grados abro mis piernas, en qué medida me inclino y durante cuánto tiempo; es él quien decide sobre mi proceso.
  • Si soy yo quien decido todos estos parámetros y mi motivación es la de ser la persona que los otros esperan que sea -más flexible, más tolerante, más perseverante…-; son los otros quienes deciden sobre mi proceso.
  • Si soy yo quien decido todos estos parámetros y mi motivación es la de ser la persona que encaja en el ideal que tengo de mi -la buena esposa, el buen padre, el buen hijo, la buena profesional, la buena, el bueno…- ; es mi ego quien decide sobre mi proceso.
  • Si soy yo quien decido todos estos parámetros y en mi motivación tienen voz y voto el cuerpo, la mente y las circunstancias -es decir, respondo a mis necesidades reales y profundas- soy yo, yo y mis circunstancias, quien decide sobre mi proceso.

En determinados momentos de la vida necesitamos que otros tomen las decisiones en nuestro lugar. Y es una decisión muy inteligente que probablemente nos evita un estrés o sobrecarga de responsabilidad que en ese momento no podríamos asumir sin arriesgar nuestra integridad.

Otras veces necesitamos mantenernos bajo el dominio del ego, quizás en ese momento sería demasiado doloroso, desconcertante o vergonzoso atrevernos a ver otra realidad.

 

¿Por qué es tan importante saber de en qué momento nos encontramos? 

 

Si estamos en la posición de practicantes…
  • Podremos retomar las riendas o acercarnos de nuevo a nuestra autenticidad en cuanto las circunstancias y nuestro momento interno nos lo permita;
  • no habrá sorpresa, ni freno, cuando un día queramos abandonar esta práctica que durante tanto tiempo adoramos;
  • tampoco necesitaremos acusar al que dirigió nuestra transformación y podremos asumir que fuimos nosotros quienes le entregamos esa responsabilidad;
Si estamos en la posición de enseñantes…
  • Podremos comprender que dirigir la transformación de otro es una elección;
  • no habrá sorpresa si aquellos a los que dirigimos se vuelven dependientes;
  • sabremos en qué momento es necesario devolver la responsabilidad al otro si habíamos elegido echarle una mano en un momento de ahogo.
Y en ambos casos…
  • Para comprender por qué después de tantos años de práctica, aún seguimos tan a merced del ego.

 

Una práctica sentida es un antídoto contra el abuso de poder

 

El Yoga Orgánico es un enfoque que potencia los beneficios de cualquier tipo de yoga y práctica corporal. Y que pone el acento en la práctica basada en las necesidades reales y profundas del ser humano.

Enseñar y practicar poniendo la técnica a nuestro servicio, y no poniéndonos a nosotros al servicio de la técnica, es una excelente manera de entrenar y entrenarnos para no caer en la manipulación. 

 

Tere Puig