técnicas respiratorias
Me interesa mucho más la conciencia que el control
Tengo que confesar que nunca he sido amante de las técnicas respiratorias
Luego os cuento.
Un día tuve la necesidad de aflojar la tensión que tengo habitualmente en la zona lumbar izquierda. Estaba en el tren, por no llamar la atención opté por usar la respiración.
Empecé a respirar en la zona para ampliar el espacio intervertebral y entre músculo y vértebra. Cuando diriges la respiración a un determinado lugar los tejidos se esponjan, como si el aire se abriera camino. Tenía la idea de que necesitaba abrir la parte anterior pero al hacerlo me generaba más tensión. Pero como ya sé como las gastan las ideas, opté por abandonarla y me centré en mi necesidad. Me dediqué a abrir la parte posterior que era hacia el lugar al que iba naturalmente la respiración. Y así empezó a bajar la sensación de presión.
Al haberme sentido tan bien, por la noche continué. Siempre en la zona izquierda. Y empecé a notar como subía la temperatura en el interno del vientre y la pelvis.
No se trataba de calor, era calidez. Me llamó la atención porque fue la misma sensación que tuve una vez que tomé un remedio ayurvédico. En aquel momento, el médico me dijo que era signo de que el agni (fuego) circulaba bien en todos los tejidos. Al contrario de la sensación de calor que implica una concentración de fuego en alguna zona determinada, la calidez responde a una distribución uniforme del fuego, de lo que nos alienta, en los tejidos.
Volviendo a la experiencia. Por dentro la sensación era de una calidez uniforme, pero por fuera la parte izquierda del vientre estaba cálida y la derecha fría. Respiré entonces en la zona derecha lumbar y poco a poco también la piel de la zona derecha del vientre tomó temperatura.
Siempre me maravilla, el cuerpo.
En diferentes prácticas corporales se utilizan técnicas respiratorias para aumentar el fuego en el organismo
Después de esta experiencia comprendí porque siempre las había sentido como algo agresivo. Al practicarlas la sensación era de aumento de calor, era un acaloramiento que subía con fuerza.
En cambio, este otro tipo de respiración, no pautada pero sí dirigida por esa inteligencia corporal que nos habita, nos lleva a una sensación de tibieza que nos envuelve desde dentro.
La primera experiencia se siente excesiva y puede generar angustia, la segunda se percibe como en su justa medida y es fuente y signo de placer.
Intentaba explicarme las diferencias entre una y otra respiración
Es posible que en estas técnicas respiratorias pautadas lo que se produzca es un aumento de la actividad cardiovascular, generando calor extra. Pero si el organismo no está abierto, cabe pensar que se produce un colapso. El calor producido no puede circular y queda estancado.
Al contrario, al simplemente permitir que el aire se dirija hacia el lugar al que espontáneamente va, lo que estamos haciendo es abrir los tejidos más profundos del organismo. Probablemente, esa sensación de calidez es fruto de una redistribución de la energía/calor que el cuerpo ya tenía y que, simplemente, no podía llegar a los tejidos que, contraídos, no permitían su libre circulación. Muy probablemente, las técnicas respiratorias a las que arriba me refiero tendrían un efecto muy distinto sobre un organismo previamente abierto.
Respirar desde dentro o desde fuera
Podemos ver que lo que llamamos técnica respiratoria es una idea que ponemos en práctica. Y lo hacemos sobre un terreno, nosotros, que creemos conocer pero que no siempre conocemos. Hay muchas probabilidades de que los efectos que esperamos no concuerden con la realidad. Cualquier error de apreciación sobre nuestro estado o lo que necesitamos nos llevará a escoger una técnica equivocada. La dirección de la experiencia es desde fuera hacia dentro.
El otro tipo de experiencia respiratoria es una práctica que surge espontáneamente, que permitimos que suceda y que observamos para comprenderla. En este caso, el diagnóstico de nuestro estado y necesidades se hace tomando en cuenta, desde el principio, la voz del cuerpo. Aquí lo inesperado puede ser el camino, la técnica, pero no hay duda de que vamos en la dirección de cubrir nuestras necesidades. La dirección de la experiencia es desde dentro hacia fuera.
Tere Puig
Hola TERE un placer leer todas tus experiencias.Son muy apreciadas.Gracias
¡Un placer compartirlas, Fabiana! Y aquí queda el espacio disponible siempre que queráis también compartir las vuestras, me hace muy feliz leerlas 🙂
Abrazos, Tere
«Esa inteligencia corporal que nos habita» Tere rescató estás palabras para incorporarlas a lo cotidiano del respirar, aprendiendo a confiar. Gracias
Gracias a ti, Carmen… confiar, cotidiano, me ha dado serenidad leer estas dos palabras tan cerca la una de la otra 🙂
Siempre un placer leerte y escucharte.
Un abrazo Tere
Angela
Gracias, Angela, un abrazo! Tere