¿Cómo cuenta tu vista la vida y muerte? ¿Qué dice el oído? ¿Cómo lo narra el tacto? Los sentidos, la vida y la muerte.
Incluso sin salir de tu piel encontrarás historias que pueden parecer contradictorias. Puntos de vista, que si dejas sobre la mesa, quizá, dibujan lo que aun no hemos imaginado.
Los sentidos y la vida
La vista nos contó que nacemos al salir del cuerpo de la madre.
Cuando le preguntamos al tacto, hiló un discurso defendiendo que nacemos unos nueve meses antes.
Parece evidente que cada uno tiene sus razones y perspectivas. Y no solo sobre cuándo nacemos, también sobre cuándo morimos.
El 1 de noviembre recordamos a los que nuestros ojos, manos y oídos echan de menos
Para nuestros ojos, el muerto es el de féretro, el de la urna, el que va río abajo, el que se comen los buitres. El que está a punto de desaparecer.
Pero a ese mismo muerto, muchas veces, nuestros oídos siguen oyéndolo varios días más. Vivo.
Quizá nuestro olfato nos diría durante meses, o años, que sigue ahí.
Y cuántas cosas que aun me saben a ti.
Y a todo esto, nuestras manos tendrían su particular opinión. Compasivas, comprensivas. Ellas saben que mucho antes del féretro, él ya no tenía nada que decir. Porque frío y quietud, para ellas, es ausencia.
Si quisiéramos llegar a un acuerdo, tendríamos que escuchar aun otro punto de vista. El de esos sentidos que todavía no tienen nombre, o que yo lo desconozco. Esos sentidos que nos hacen percibir la alegría o el sufrimiento del que está lejos. Del que hace, quizá, años que no vemos, ni oímos, ni tocamos, ni olemos y ni saboreamos. Pero que nos despierta a media noche con sus noticias.
Estos sentidos, que manejan informaciones encriptadas para los otros cinco, quizá nos dirían a gritos si pudieran…
¡qué no está muerto!
… qué tampoco nació.
Quién sabe. Quizá un día se descubre que es solo un tema de densidades. Quizá esto de vivir y morir son solo puntos de vista. Pero aun así necesitamos celebrarlos. Y bien que hacemos, digo yo.
Al menos, un día al año nos acercamos al velo, nos atrevemos a escuchar las historias que los sentidos y la muerte nos susurran.
¡Feliz día de muertos!
Tere Puig
Foto de Mario Mendez en Unsplash
Tere, me emociona leerte. La muerte, últimamente tan cerca, tras marchar mis padres, está muy presente desde la sensación de lo que tu cuentas… Y pienso… si alguien como Tere escribe esto… ¡Igual lo que percibo no es tan loco! 😉 Gracias.
Seguro que no es loco, Àngels 🙂 Un gran abrazo, Tere
Gracias Tere. Reconfortante leer esto Hoy.
Sense paraules… les teves tenen tanta llum i bellesa que no puc dir res. Infinites gracies
Gràcies a tu, Olga. Una abraçada molt forta, Tere
Gracias, Belén. Un abrazo, Tere
Completament d’acord! Només una puntualització: el dia de difunts és el 2 de novembre (comença l’1 al vespre, és clar, que és quan es menjaven els panellets i les castanyes). Avui, Tots Sants, se celebra, en la tradició cristiana, un aspecte que trobo molt interessant: que hi ha en tots i en tot un principi profund i inealienable de santedat, de bondat intrínseca, que transcendeix la vida i la mort.
Gràcies per la puntualització, Albert! M’agrada molt com expliques el dia de Tots Sants… Per a mi, l’experiencia d’aquesta festivitat està sobretot impregnada de les tradicions mexicanes, on vaig passar part de la meva infantesa. Per això em crida més una imatge com la que he posat que no pas un panellet o una castanyera. Allà en diuen Día de Muertos i les cel.lebracions inclouen l’1 i el 2, Tots Sants i dia de Difunts, però el record de la meva experiència està sobretot vinculat al fet de fer partíceps als morts de la nostra vida.
Cierto. «Esos sentidos que nos hacen percibir la alegría o el sufrimiento del que está lejos». Qué cierto!!!!! ¡Todavía tanto por descubrir!¡Tanto por indagar, por explorar en este viaje mágico! Muchas gracias por tus reflexiones, siempre inspiradoras.
Gràcies Tere, m’ha encantat llegir-te, i m’agrada la reflexió.
Feliç dia també per a tu. Una abraçada!
Gràcies, Laia. Una forta abraçada!
Gracias, Anna, por la indagación compartida 🙂 ¡Abrazos!!!
Gracies Tere, m’ha encantat.
Una abraçada.
Gràcies, Natàlia. Una forta abraçada.
Gracias Tere, cómo siempre tus palabras conmueven. En Argentina recuerdo desde muy chica la visita al cementerio con mí mamá y abuelas. Era toda una celebración, mezcla de emociones, curiosidad y despertar de los sentidos.
Gracias, Susana. Es hermoso lo que compartes, que perdure …