Si lees habitualmente el blog no te sorprenderá que te diga que las posturas y movimientos están a nuestro servicio, y no al contrario. Hoy te traigo una práctica con la que descubrirás cómo practicar gato-vaca para que devuelva la fuerza a tus manos y muñecas ¡en lugar de hacerte sufrir por ellas!
Por qué se debilitan nuestras manos y muñecas
Nuestras extremidades superiores desempeñan un papel fundamental en nuestra capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas. Y no siempre les damos el cuidado y las oportunidades de movimiento que necesitan.
La vida de la mayoría de nosotros puede gestionarse sin hacer uso de la fuerza que las manos y los brazos son capaces de hacer. Ya no cortamos leña, ni manejamos grandes ollas, ni lavamos a mano pesadas sábanas. Y si el organismo detecta que esa fuerza ya no es necesaria, irá destinando sus recursos a otras zonas y funciones.
Cómo fortalecer nuestras extremidades superiores
De lo dicho anteriormente se desprende que una manera sencilla y efectiva de recuperar la fuerza en manos, muñecas y brazos es la de recuperar actividades cotidianas que la requieran. Por ejemplo, dejando de usar electrodomésticos pequeños y recuperando el hacer a mano siempre que sea posible. Desarrollaremos y mantendremos esa fuerza si tiene sentido hacerlo.
Y además, apoyarnos en ejercicios de conciencia corporal será clave en el proceso.
La conciencia del hueso en el desarrollo de la fuerza
Los huesos de brazos y manos juegan un papel crucial en la fuerza que ejercemos y en cómo gestionamos nuestra energía para utilizarla de manera efectiva.
Sin embargo, para que sea así, la percepción desempeña un papel crucial. Nuestros huesos y articulaciones albergan receptores nerviosos que forman parte de nuestro sistema de propiocepción, el que nos brinda conciencia sobre la posición y el movimiento del cuerpo en el espacio. Esta capacidad perceptiva juega un papel fundamental en nuestra interacción con el entorno y nos permite ajustar la alineación para hacer máxima y precisa nuestra fuerza de empuje.
La práctica del gato-vaca: una experiencia vale más que mil palabras
Para comprender a fondo el vínculo entre la conciencia del hueso, la alineación y el desarrollo de la fuerza, nada mejor que una práctica.
En el vídeo que encuentras a continuación, en el que te guío en una práctica perceptiva para después practicar la clásica postura del gato-vaca, podrás comprobar lo que la conciencia del hueso te aporta en términos de fuerza.
Espero que la práctica te resulte de utilidad. Si quieres compartir tu experiencia o plantear alguna pregunta, escríbeme en la sección de comentarios del vídeo.
Si lo que has leído y escuchado te ha hecho bien, compártelo.
Tere Puig
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