forma de vestir
Se ha desvelado otro misterio de la anatomía
La anatomía tradicional, al nacer del estudio de cadáveres y no del estudio de cuerpos vivos y sentidos, a menudo ignora la obviedad. Se encuentra llena de inconsistencias y misterios que, gracias al progreso de la tecnología, tarde o temprano se resuelven.
Cada año, gracias a algunos artículos publicados en revistas científicas y luego retomados por los medios de comunicación, se celebra el rito del enésimo descubrimiento. La nueva descubierta revoluciona y niega la concepción anterior, también definida como «científica» hasta ese momento, y hace que se la reconsidere radicalmente.
También el 2018 tuvo su descubrimiento anatómico del año
Es una estructura que se ha llamado interstitium. Se encuentra en ciertos espacios dentro del cuerpo y es sobre todo su presencia debajo de la piel lo que nos interesa particularmente por sus importantes implicaciones en algunos de nuestros hábitos. Como puede ser nuestra forma de vestir.
Para comprender qué es, tratemos de imaginar un recubrimiento de toda la superficie del cuerpo hecho de una capa muy delgada de gomaespuma. Luego la impregnamos con un fluido y le ponemos una tela ajustada e impermeable que la proteja sin forzarla. Esta gran cantidad de líquido, rico en proteínas, circula sin problemas a través de esta delgada capa de gomaespuma, alimentando los tejidos que recubre y eliminando toxinas o cualquier microorganismo.
Es algo similar a lo que sucede en un campo agrícola bien organizado, cuidado y regado. Si la circulación del agua que lo riega se obstruye, el resultado será que el agua se estancará, proliferarán grandes cantidades de microorganismos y, en consecuencia, las plantas se pudrirán, desarrollando moho e infecciones. Sin embargo, más allá de la obstrucción, el suelo permanecerá árido, tenderá a agrietarse y las plantas en esa área se secarán.
Una vez preguntaron a Issey Miyake por qué hacía ropa tan ancha.
Dijo que quería que entre el cuerpo y el vestido, viviera el espíritu.
Estar sano y la forma de vestir van de la mano
Volvamos a nuestro traje hecho de una capa continua de espuma cubierta con una superficie impermeable y pensemos en apretar bandas elásticas alrededor de diferentes zonas. Las piernas justo por encima del tobillo, los muslos, la ingle, la pelvis, la cintura, el pecho, en los hombros y el cuello. Obviamente, la espuma debajo de los elásticos se comprimirá y la circulación del fluido se interrumpirá. Por lo que en algunas áreas se acumulará y se estancará, mientras que en otras, debido a la falta de irrigación, la espuma se secará y se pegará.
Esto es más o menos lo que sucede en nuestro cuerpo cada vez que usamos ropa que nos aprieta o comprime determinadas zonas. Como calcetines, sostenes, calzoncillos, medias o sujetadores. O cuando nos ajustamos un cinturón alrededor de la cintura o una corbata alrededor del cuello. Obviamente, cuanto más estrechos sean los cinturones y los lazos, o más tensas las bandas elásticas de la ropa, mayores serán las consecuencias físicas.
El resultado de estas presiones sostenidas sobre el insterstitium serán desórdenes y malestares. Unos pies hinchados, sudorosos, malolientes y fúnguicos. Unas piernas hinchadas con venas varicosas y fragilidad capilar, celulitis o acumulación de grasa. Dolor en los órganos pélvicos, en las glándulas mamarias, en el cerebro, etc.
Encontrando explicaciones a nuestros hábitos de salud
Ahora podemos entender por qué a las mascotas les gusta que las cepillen y las acaricien. Cepillamos a los caballos están para dar brillo y belleza a su pelaje. Pero esta agradable consecuencia no se deriva solo de cepillar el pelo como haríamos con un abrigo antes de volver a guardarlo en el armario. De hecho, el cepillado, especialmente si es enérgico y profundo, también funciona gracias a la estimulación de la circulación del líquido que se encuentra en el espacio debajo de la piel, el interstitium. El brillo y la vitalidad del pelaje también están determinados por esta reactivación de los fluidos.
Esta es la razón por la cual los guantes de crin y otras herramientas «ásperas» se han utilizado en saunas y baños turcos durante siglos, no solo para eliminar células muertas, sino sobre todo para «cepillar» el cuerpo.
Por misma razón nos sentimos tan frescos, brillantes y enérgicos después de una alternancia de duchas o baños fríos y calientes. La rápida alternancia de calor y frío, al relajar y contraer alternativamente las fibras conectivas del intersticio, crea una especie de bombeo del fluido contenido en él y, al circularlo, deja una sensación de frescura y ligereza
Entrar en un círculo virtuoso
Aquellos que, como masajistas, fisioterapeutas, osteópatas y médicos, trabajan viendo a las mismas personas con y sin ropa, notan inevitablemente una estrecha relación entre las tensiones profundas a nivel físico y una forma de vestir basada en el uso de ropa apretada.
Las armonías y desarmonías del cuerpo, a lo largo de los años, se revelan más claramente incluso a un ojo inexperto. Ya sea porque con la edad los tejidos toleran menos las constricciones a las que los sometemos; o porque un impedimento a la circulación subcutánea de fluidos perpetuado en el tiempo conduce, inevitablemente, a una disminución progresiva de la calidad de los tejidos.
Esto también explica el porqué las personas, al recuperar la integridad y armonía corporal, tienden a una forma de vestir cómoda y lo más ligera y respetuosa posible con el cuerpo. Y viceversa, cuanto más libremente se viste una persona, más tiende a tener un cuerpo armonioso.
Al vivir en grandes ciudades, al final de cada verano hay una sorprendente transformación de los cuerpos de aquellos que han regresado de unas vacaciones fuera de la ciudad. Una transformación que no solo se debe a la vida más sana y relajada que se ha hecho, sino también a la forma más libre y natural de vestir que nos hemos permitido adoptar.
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