Los movimientos de inclinación lateral son una parte importante de nuestro repertorio de movimientos. Suelen ser necesarios para actividades cotidianas como girar en la cama, levantar objetos y alcanzar objetos en estantes altos. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo estos movimientos están relacionados con tus órganos internos?

 

Las inclinaciones laterales benefician al hígado y al bazo

El hígado y el bazo son dos órganos internos ubicados en el abdomen, y tienen una estrecha relación con los movimientos de inclinación lateral. El hígado se encuentra en el lado derecho del abdomen, mientras que el bazo está en el lado izquierdo. Ambos órganos son vitales para la salud del cuerpo, ya que el hígado ayuda a eliminar toxinas y producir bilis, mientras que el bazo ayuda a filtrar y eliminar los glóbulos rojos dañados.

Cuando realizamos un movimiento de inclinación lateral, el hígado y el bazo se estiran y comprimen alternativamente. Esto ayuda a mejorar la circulación sanguínea en estos órganos y a mantener su buen funcionamiento.

 

¡Pero necesitamos un diafragma en forma para ello!

El diafragma es un músculo en forma de cúpula ubicado debajo de los pulmones y comunica el tórax y el abdomen. Ayuda en la respiración con su movimiento, pero no es su única función. También está vinculado a la digestión, la postura y el movimiento.

El movimiento de inclinación lateral implica una contracción del diafragma en el lado opuesto al movimiento. Por ejemplo, si inclinamos el torso hacia la derecha, el diafragma se contrae en el lado izquierdo. Estas contracciones y distensiones son lo que hace que los movimientos de inclinación influyan en el flujo sanguíneo y la función del hígado y el bazo, que se encuentran justo debajo de él.

Si el diafragma no se contrae de manera adecuada durante el movimiento de inclinación lateral puede haber una restricción en la circulación de sangre y linfa hacia estas vísceras. Y esto puede afectar su función. Pero una de las causas de que el diafragma no se mueva de manera adecuada puede ser justamente la tensión en el hígado o el bazo: estamos en un círculo vicioso.

 

Entrar en un círculo virtuoso

Para salir del bucle en el que nos cuesta inclinarnos porque tenemos tensión en el hígado o el bazo y tengo tensión en el hígado y el bazo porque me cuesta inclinarme, en el trabajo somático enfocado en los movimientos de inclinación lateral prestamos atención a la conexión entre el diafragma, el hígado y el bazo.

A través de técnicas suaves y enfocadas en la percepción, se puede ayudar a liberar la tensión y mejorar la coordinación entre estas estructuras. Es decir, vamos al centro para liberar las tensiones que dificultan el despligue del movimiento.

Y, naturalmente, no solo mejorará el movimieto de inclinación lateral. También las funciones del hígado y el bazo se verán beneficiadas, lo que puede mejorar la función del sistema linfático y circulatorio y aumentar la sensación de bienestar general del cuerpo.

Tere Puig

 

Foto de Anupam Mahapatra en Unsplash

 

 

movimientos de inclinación

Movimiento somático con Tere Puig

Cuando un movimiento global está retenido es necesario actuar sobre las zonas internas del cuerpo. Aquellas en las que la tensión no salta a la vista.

En este taller descubrimos experiencialmente que las tensiones en los espacios entre diafragma, hígado y bazo pueden estar limitando nuestras inclinaciones laterales, y cómo liberarlas.