repensar el yoga

 

¿Qué diferencia hay entre «Reza 10 Padre Nuestro y 5 Ave maría» y «Repite 108 veces Gayatri Mantra»?

 

El idioma del rezo. Pero curiosamente la primera expresión se suele definir como retrógrada y la segunda se suele enmarcar dentro del nuevo paradigma. Ambas prácticas pueden ser beneficiosas y ambas pueden ser un sin sentido. 

 

Si pensamos en la iglesia, nos parece evidente que no ha evolucionado en los últimos 2.000 años. Y eso nos parece horrible. No tenemos duda en afirmar que no adaptarse a los tiempos no sólo es absurdo, sino que es perjudicial, nos obliga a mantenernos en unos hábitos y costumbres que ya no son útiles al hombre actual.

 

 

 

Pero si nos escuchamos hablando de una disciplina oriental, como el yoga, nos sorprendemos valorando su antigüedad. Alabamos la fidelidad de la transmisión del conocimiento a lo largo de 5.000 años. Sin embargo, también en oriente ha pasado el tiempo. Cabría preguntarnos, igual que lo hacemos con las propias tradiciones, si lo que era útil al hombre oriental hace 5.000 años sigue siendo útil al hombre occidental actual.

 

Para que cualquier tradición de estas características sirva al hombre en su autoconocimiento y el conocimiento del otro necesita de una evolución. Necesita de una natural adaptación al momento histórico y cultural. De otra forma se convierte en una estructura que esclaviza al hombre. Por ello y por lo que a continuación comento, apuesto por repensar el yoga.

 

Cualquier persona que enseña está transmitiendo su propia percepción en relación a un tema determinado

Así que nadie enseña yoga.

Enseñamos lo que cada uno de nosotros ha comprendido e integrado en su práctica de lo que nos enseñaron que era el yoga. Estamos siguiendo las enseñanzas de personas que vivieron hace 500 o 1.000 años. No darnos permiso para sentir, interpretar y adaptar estas enseñanzas a nuestra vida actual supone una forma de sumisión que nadie nunca nos pidió. Y si, en algún modo, alguien nos lo pide no estamos en ningún modo obligados a aceptar

 

Querer que alguien emule lo que uno hace es querer dominar al otro

Transmitir al otro lo que uno sabe con la profunda alegría de saber que, a partir de ese punto, él podrá seguir avanzando hasta dónde tu ya no podrás llegar. Eso es generar un proceso de aprendizaje. Y supone aceptar que lo que para ti es válido hoy, sirve para que otros lleguen a lo que será válido mañana.

El yoga, como cualquier otra tradición que busca facilitar la evolución del hombre, necesita ella misma ser un organismo vivo, en constante evolución.

Repensar el yoga no es solo una tarea necesaria, es un proceso precioso y emocionante. Un proceso que necesita hacerse colectivamente.

 

Tere Puig