yoga online

La practica de yoga online empezó como un sustituto de lo presencial,

un «mejor esto que nada»

Pasado un año, me atrevo a decir que no se trata de un sustituto ni de un complemento, si no de una experiencia diferente, con unos efectos diferentes y, probablemente, con unos propósitos diferentes.

De modo que escoger una u otra modalidad dependerá de lo que estés buscando con tu práctica, de lo que necesites en este momento.

Te animo a tener presentes los temas que ahora voy a comentar en tu próxima sesión, ya sea de yoga online o de yoga presencial, para que puedas sacar tus propias conclusiones.

 

El placer de esconderme 

Una de las cosas más evidentes es que la experiencia online ofrece un grado de intimidad mayor que la presencialidad. Y esto favorece el contacto con uno mismo. 

La intimidad en la práctica del yoga online nos facilita el seguir los propios ritmos y necesidades

La posibilidad de tener intimidad en las prácticas que están orientadas al autoconocimiento, es clave.

Estar en casa nos permite poder apagar cámara y micrófono, y esto puede facilitarnos el seguir el camino que el cuerpo nos propone. Aunque ello conlleve llantos, risas, letargos o desahogos del tipo que sean.

Presencialmente también llega a suceder, pero a algunas personas les puede tomar un tiempo. Esto se debe a que respondemos de manera inevitable a las normas sociales que tenemos asociadas a las actividades corporales grupales. Y estas normas habitualmente están regidas por tiempos y ritmos determinados, que no necesariamente coinciden con los nuestros.

La intimidad nos facilita recorrer con sensación de seguridad los a veces extraños caminos que nos llevan hacia nosotros mismos

Claro que presencialmente también puede darse un ambiente íntimo, pero requiere un grado de confianza con el grupo que a veces tardamos en construir. Y que, en muchas ocasiones, se ve constantemente alterado por la incorporación de nuevas personas al grupo.

El grupo nos da otras ventajas que luego veremos.

 

Cuando estar en silencio es una prioridad 

Cuando las practicas de yoga nos llevan a estados de interiorización profundos, el hecho de tener que abandonar la sala, encontrarse en el vestuario con otras practicantes y sentirnos forzados a socializar suele sacarnos de manera abrupta del estado al que habíamos llegado. 

¿Abandonar el estado de interiorización es bueno o es malo?

Como siempre, depende de lo que estemos necesitando.

A veces, encontrarse con uno mismo es abrumador, y con pequeñas dosis será suficiente. Y bien administradas tendrá un excelente efecto en tu sensación de bienestar y tu autoconocimiento. En este caso, el sentirse llamado por lo externo se vivirá como un alivio. Si estás en este momento, opta por lo presencial.

Hay otras ocasiones en las que ir hacia dentro es una necesidad prioritaria. Si es así, la práctica online te ofrecerá la posibilidad de graduar tu interacción con el grupo sin la sensación de estar siendo inadecuado socialmente. Y si la situación en casa lo permite podrás prolongar tu estado de interiorización tanto como lo desees.

 

Salir de la pecera 

El hecho de salir de casa o mantenernos en casa nos predispone a un modo de estar y pensar diferente.

La práctica en casa nos predispone a «conocer el agua sin salir de ella». Mientras que el estar en un espacio ajeno, ya nos invita a conocernos por contraste con lo que no somos nosotros.

He observado que en la práctica presencial aumenta el hábito de compararse con el de al lado. Que solo nos afecta negativamente si la comparación nos empequeñece o nos engrandece. Pero que hecho objetivamente, el referente externo nos facilita la perspectiva y análisis, nos podemos contemplar con una cierta distancia.

Mi yo individual haciendo migas con mi yo social

Sabemos que no es lo mismo practicar solo que practicar en grupo. Y tampoco lo es practicar en grupo presencial que en grupo online.

El grupo presencial nos hace fácil el observar cómo nos modificamos cuando somos en la sociedad que conocemos y tenemos integrada. 

En cambio, la experiencia online nos ofrece una oportunidad de descubrirnos cómo somos en un tipo de interacción diferente a la habitual. Y en este caso, en la que podemos graduar con mucha mayor facilidad nuestro grado de exposición. ¿Me muestro o no? ¿Mostrarme me hace bien o no? ¿Qué mantengo en la intimidad cuando tengo posibilidad de hacerlo? ¿Qué me animo a hacer cuando no tengo que preocuparme por mantener el grado de intimidads que necesito? 

 

En resumen

Si para llegar a un mayor grado de autenticidad necesitas un buen grado de intimidad.

Si notas que te hace bien que los estados de introspección vayan más allá de lo que dura la sesión.

El yoga online es una excelente opción para tí. 

 

Si lo que estás necesitando es poner atención y cuidar tus relaciones.

Si estás en el momento de trabajar el ser tú mismo en relación con los otros.

El yoga presencial te ofrece una mágnífica oportunidad.

 

 

Si tienes la oportunidad de fijarte en los efectos de cada experiencia y los quieres compartir, ¡me encantará leerte!

 

Tere Puig